Duck at the Door / Pato en la Puerta
By Jackie Urbanovic
Era una noche tranquila
Hasta que…
¡Pum! ¡Cric! y ¡ton, ton, ton!
“¡Alguien esta afuera!”
“¿Quien será?”
“¡Vamos a preguntarle a Irene!”
“Ella siempre sabe que hacer.”
“Irene!” grito Brody. ”¡Ayúdanos!”
“¡Alguien esta tocando la puerta!”
“Es media noche” dijo Irene.
“¿Quien podrá estar tocando nuestra puerta?”
¡Es un pato!
Irene llevó al pato hacia adentro.
“Mi nombre es Max” comenzó a contar.
“Nací en la primavera, y me gustó mucho.
Me quedé aquí cuando mi familia voló hacia el sur,
porque pensé que me encantaría el invierno.
Pero resulto ser muy frio y solitario.”
“El invierno no es tan malo cuando tienes un hogar cálido” dijo Irene.
Al principio Max tenía mucho que aprender.
En Enero se dedicó a aprender a usar el control remoto.
(Le gustaba ver los programas El Reino Animal y la lucha libre).
En Febrero descubrió que tenia talento para cocinar.
Para Marzo, el se sentía como en su propia casa.
Pero para Abril quedó muy claro que Max había aprendido demasiado.
“¡Otra vez el mismo programa!”
“¡Oh no, ya lo hemos visto muchas veces!”
“¡Dame ese control remoto!”
Dakota, Coco, Jesse El Oso se cansaron de las nuevas recetas de Max.
“Comida sorpresa de Max con tofu.”
“Brocheta a la Max.”
“Sopa de alga marina estilo Max.”
Y Brody ya estaba arto.
Alguien tenía que hablar con Max.
Pero, ¿Quien?
En ese momento Max irrumpió en la habitación gritando:
“¡Escuchen, escuchen! ¡Mi familia ha vuelto!
Tengo que irlos a ver.”
“Irene, por favor guarda mi sombrero de cocinero.
Y Brody, puedes tener mis patitos de goma.
Los voy a extrañar mucho a todos ustedes!”
Depues de muchos abrazos, Max se fue.
Sin Max en casa, la vida era normal otra vez.
Los gatos volvieron a comer su simple comida de gatos.
“Come tu primero.” “Yo no, tu come primero.”
Y ya nadie jugaba con el control remoto.
“¿Que mas podemos hacer para divertirnos?”
Y Brody no tenía que compartir su cama con nadie.
La vida era tan tranquila que para el mes de Octubre
todos estaban felices al escuchar el ruido de los patos.
Cuando alguien tocó la puerta,
todos estaban esperando lo mismo.
“Max,” “Max,” “Max”...
“¡Max!” gritaron con alegría.
“¿Te quedas con nosotros todo el invierno?” preguntaron.
“Si,” dijo Max. “Me quedo Yo y...”
“¡Toda mi familia!”
Todos miraron a Irene esperando que dijera algo.
Pero todo lo que ella dijo fue:
“Bienvenidos a casa.”
By Jackie Urbanovic
Era una noche tranquila
Hasta que…
¡Pum! ¡Cric! y ¡ton, ton, ton!
“¡Alguien esta afuera!”
“¿Quien será?”
“¡Vamos a preguntarle a Irene!”
“Ella siempre sabe que hacer.”
“Irene!” grito Brody. ”¡Ayúdanos!”
“¡Alguien esta tocando la puerta!”
“Es media noche” dijo Irene.
“¿Quien podrá estar tocando nuestra puerta?”
¡Es un pato!
Irene llevó al pato hacia adentro.
“Mi nombre es Max” comenzó a contar.
“Nací en la primavera, y me gustó mucho.
Me quedé aquí cuando mi familia voló hacia el sur,
porque pensé que me encantaría el invierno.
Pero resulto ser muy frio y solitario.”
“El invierno no es tan malo cuando tienes un hogar cálido” dijo Irene.
Al principio Max tenía mucho que aprender.
En Enero se dedicó a aprender a usar el control remoto.
(Le gustaba ver los programas El Reino Animal y la lucha libre).
En Febrero descubrió que tenia talento para cocinar.
Para Marzo, el se sentía como en su propia casa.
Pero para Abril quedó muy claro que Max había aprendido demasiado.
“¡Otra vez el mismo programa!”
“¡Oh no, ya lo hemos visto muchas veces!”
“¡Dame ese control remoto!”
Dakota, Coco, Jesse El Oso se cansaron de las nuevas recetas de Max.
“Comida sorpresa de Max con tofu.”
“Brocheta a la Max.”
“Sopa de alga marina estilo Max.”
Y Brody ya estaba arto.
Alguien tenía que hablar con Max.
Pero, ¿Quien?
En ese momento Max irrumpió en la habitación gritando:
“¡Escuchen, escuchen! ¡Mi familia ha vuelto!
Tengo que irlos a ver.”
“Irene, por favor guarda mi sombrero de cocinero.
Y Brody, puedes tener mis patitos de goma.
Los voy a extrañar mucho a todos ustedes!”
Depues de muchos abrazos, Max se fue.
Sin Max en casa, la vida era normal otra vez.
Los gatos volvieron a comer su simple comida de gatos.
“Come tu primero.” “Yo no, tu come primero.”
Y ya nadie jugaba con el control remoto.
“¿Que mas podemos hacer para divertirnos?”
Y Brody no tenía que compartir su cama con nadie.
La vida era tan tranquila que para el mes de Octubre
todos estaban felices al escuchar el ruido de los patos.
Cuando alguien tocó la puerta,
todos estaban esperando lo mismo.
“Max,” “Max,” “Max”...
“¡Max!” gritaron con alegría.
“¿Te quedas con nosotros todo el invierno?” preguntaron.
“Si,” dijo Max. “Me quedo Yo y...”
“¡Toda mi familia!”
Todos miraron a Irene esperando que dijera algo.
Pero todo lo que ella dijo fue:
“Bienvenidos a casa.”
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